Capitán de varios barcos

Hola de nuevo!! Madre mía bloggeros, hace semanas que no me paso por aquí, espero que no os hayáis olvidado de mí. A ser verdad, he desconectado un poco de mi vida académica durante unas semanas, pero ya estoy de vuelta!

Está semana me gustaría adentrarme un poco en mi instituto, el ÍES Gran Capitán, y contaros porque aunque yo ya esté en la universidad, al menos de momento me será bastante difícil pasar página de los años que viví en él y de los profesores que le dan vida…

Como ya habéis comprobado, en mi vida todo queda entre aulas y hogares, y uno de los capitanes de mi familia, mi padre, es también el capitán del barco de mi instituto!



Si, si, como leéis, mi padre es el director del instituto al que yo fui! Pero he de confesaros que no siempre ha sido así. Mi padre entró en mi instituto cuando yo estaba en tercero de la ESO, como jefe de estudios adjunto. Pero… ¿a que te refieres con eso de adjunto Lucía? os preguntaréis. 

Los equipos directivos de los centros están formados por tres figuras principales, pero no son las únicas: 

  1. El director es el máximo responsable de todo lo que ocurre en el centro.
  2. El jefe de estudios es el segundo al mando y se encarga de realizar toda la operación académica, como los horarios, exámenes, tutorías… ¿Pero creéis que en los centros con cerca de 1000 alumnos y casi 90 profesores, es posible que el encargado de la organización sea una única persona? ¡Es evidente que no! Por ello, los centros más grandes cuentan con los jefes de estudios adjuntos, ayudantes del jefe de estudios principal. En mi instituto había dos jefes de estudios adjuntos (entre los que se encontraba mi padre en un principio) además del jefe de estudios principal.
  3. El secretario es quien lleva las cuentas, los papeles…

Una vez aclarado esto, volvamos a la historia. Como os iba diciendo, mi padre comenzó siendo jefe de estudios adjunto, puesto que ocupó alrededor de 2 años, el tercero ascendió a jefe de estudios principal, pues el que ocupaba este puesto se jubiló.

Supongo que algunos de vosotros estaréis pensando lo chulo que debe ser que tu padre sea jefe de estudios en tu propio instituto, y he de reconocer que enterarte de los problemas entre profesores que conoces de primera mano, es bastante interesante jajajaj, o salir llorando de algún examen y que pueda consolarte tu padre, también es un punto a favor, pero también tiene su parte negativa. Una de las funciones del jefe de estudios es sancionar a los alumnos que son mandados a jefatura por los profesores, y que sea tu padre quien pone los partes, no es tampoco muy agradable. Sin embargo, he de reconocer que durante mi paso por el instituto he pasado bastante desapercibida, y no mucha gente sabía que mi padre era el jefe de estudios, por lo que no me relacionaban mucho con él. 

Este año, la directora se ha jubilado y él ha sido elegido para sustituirla, por lo que de momento, en el año 2024 - 2025 él es el capitán del barco llamado ÍES Gran Capitán.

¡Así que sí, entre aulas y hogares está la cosa! 

He pensado, que os puede resultar interesante que él nos cuente de primera mano que son las cosas que hace y alguna curiosidad sobre los directores, por ello le he hecho una entrevista. ¡Aquí la tenéis!:



¿Cuáles son las tareas principales que realizas?

Uf, la lista es larga, pero te lo resumo. Coordino al claustro, gestiono el día a día del centro, hablo con familias, con la administración, organizo el calendario escolar, resuelvo conflictos (que no son pocos), y tengo que estar pendiente de que todo funcione como un reloj… 

Si se pagase lo mismo en los dos cargos y la responsabilidad fuese parecida, es decir, decidiendo en función de las tareas que realizas ¿que preferirías, ser jefe de estudios o ser director?

Buena pregunta. Mira, ser jefe de estudios es intenso: horarios, sustituciones, control del cumplimiento del plan de estudios… Pero es más técnico. En cambio, como director tienes una visión más global del centro, puedes impulsar cambios más profundos. Si el sueldo y la responsabilidad fueran iguales… me quedaría con ser director. Me gusta tener esa posibilidad de influir en la cultura del centro, de hacer que no sea solo un lugar donde se enseñan contenidos, sino donde se construye una comunidad agradable. 

¿Qué te motivó a optar a este puesto?

Pues te diría que fue una mezcla de ilusión, superación… y un empujoncito del equipo. Cuando era jefe de estudios, tenía muy buena relación con el profesorado. Me sentía muy respaldado, y muchos compañeros, cuando se quedó la vacante de director me decían que debía ser yo quien ocupase ese puesto, puesto que haría un gran trabajo. Al principio no me lo plantee, pues pensé que era demasiada responsabilidad, pero tras la gran insistencia de mis compañeros pensé que si la gente creía que yo era capaz de asumir esa responsabilidad, ¿por qué era yo quien no confiaba en poder hacerlo? Me animó mucho saber que no iba solo, que detrás tenía un equipo que creía en mí.

¿Cual ha sido el reto más difícil que has enfrentado como director?

Podría decirte algo épico, la gente no se imagina la de situaciones difíciles que tenemos que gestionar los equipos directivos…pero sinceramente, lo más difícil ha sido aprender a tomar decisiones que no siempre gustan a todo el mundo. Como director, hay veces que tienes que decir “no”, aunque sepas que va a generar enfado o decepción. Por ejemplo, reorganizar horarios, cambiar dinámicas que llevan años funcionando mal o mediar en conflictos entre compañeros que son amigos desde hace décadas. Es complicado porque trabajas con personas, y cada movimiento afecta a alguien. Aprender a mantener el equilibrio entre lo justo y lo necesario y posible ha sido un verdadero reto, y realmente lo sigue siendo…


¿Os gustaría preguntarle algo a mi padre? ¡Podéis dejarme las preguntas que os surjan y en la siguiente entrada os las responde encantado!

Espero veros muy muy pronto! Hasta la próxima!!

 



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