Cuando la educación se queda en casa…¿Y si el aula fuera el sálón?
¡Hola de nuevo bloggeros!
Está semana santa he estado en mi pueblo, recargando pilas, y como siempre poniéndome al día con mis amigas de toda la vida. Una tarde, una de ellas que también estudia magisterio me comentó que había visto una noticia que le había impactado mucho, y me preguntó si yo había investigado algo sobre este tema en alguna asignatura de la carrera. La noticia era la siguiente:
- Posibilidad de diseñar un plan de estudios personalizado: “Una de las principales ventajas de la educación en casa para mí, es que puedes hacer el plan de estudios que más se acomode a tu hijo y a los objetivos que inicialmente te planteaste al decidir educar sin escuela”
- No existe el estrés escolar: “Sin escuela, por supuesto no habrán tareas, exámenes o cualquier actividad que pueda causarle estrés a tu hijo. Está comprobado que las tareas no aportan aprendizaje adicional al adquirido en las clases, por el contrario, solo ocasiona estrés a los alumnos. Por eso en países como Finlandia, que tiene uno de los mejores sistemas educativos del mundo, ya no se mandan tareas.”
- No hay acoso escolar: “ Tu hijo al ser educado en casa, no tendrá que vivir situaciones de violencia o acoso escolar (bullying).
Hay menos probabilidad de que tu hijo sea participe en actos violentos, acoso escolar, presión o burlas de otros compañeros y todas aquellas situaciones que puedan presentarse en una escuela.”
- Horarios flexibles: “ Yo no acostumbro despertar a mi hija, siempre dejo que lo haga de manera natural y no me imagino tener que levantarla súper temprano para prepararla y llevarla a la escuela.
Desde muy pequeños los niños tienen que verse en la situación de tener el tiempo medido; y enfrentarse a las “prisas”, lo que después desencadena estrés.
Uno de los pros de la educación sin escuela, es que esto no existe y aunque si debes tener horarios, sobre todo por cuestiones de organización, no tienes por qué precisamente tener un horario de 8 de la mañana a 2 de la tarde, tú estableces los horarios que mejor se ajusten a tu plan de actividades.
Esta es una gran ventaja porque tu hijo siempre estará descansado, por lo que tendrá energía y toda la actitud para aprender.”
- Falta de contacto social: Los niños educados en casa pueden experimentar aislamiento social, lo que podría contribuir a problemas como la ansiedad y la depresión. Además, esta falta de interacción con otros niños puede generar ciertos problemas a futuro en la vida del niño pues será más difícil para él interactuar con el mundo.
- Menos oportunidades de conocer la diversidad: El niño no tendrá acceso a otras formas de pensar lo que reducirá su capacidad de comprender distintos puntos de vista. Esto está ligado con el sesgo educativo que implica este tipo de educación, pues el niño se estará formando bajo las doctrinas de la familia y no con un pensamiento de libre elección.
- Dificultad para el trabajo en grupo: el trabajo en grupo es un aspecto fundamental, y la escuela es la forma perfecta para desarrollar las habilidades necesarias para entender otras opiniones, debatir temas, organizar trabajos…De manera que la falta de interacción retrasará el desarrollo de esta habilidad.
Después de investigar sobre el homeschooling, tengo claro que, aunque puede parecer una alternativa interesante para algunas familias, yo no lo considero una buena opción para educar a los niños. Como ya he comentado antes, en España, esta modalidad no está regulada, lo que ya supone un primer problema. Pero incluso si lo estuviera, sigo creyendo que no sería la forma más adecuada de educar.
Vengo de una familia donde la educación siempre ha sido parte de nuestras conversaciones del día a día, y he crecido viendo lo que significa una escuela desde dentro: su complejidad, sus aspectos negativos, pero también su valor. Por eso, me cuesta mucho imaginar una educación completa fuera de ese contexto.
Una de las cosas que más me llaman la atención del discurso de quienes defienden el homeschooling es que se apoyan en argumentos que, desde mi punto de vista, no son del todo coherentes ni realistas. Como hemos visto en las ventajas, suelen decir que el homeschooling permite diseñar un plan de estudios personalizado, evitar el estrés escolar, el acoso, y tener horarios flexibles. Pero, ¿realmente eso garantiza una mejor educación?
Diseñar un plan personalizado suena ideal en teoría, pero no todos los padres tienen la formación, ni los recursos, ni el tiempo para hacerlo bien. Lo mismo ocurre con la idea de eliminar el estrés o el acoso escolar: es verdad que en casa no hay compañeros que puedan generar conflictos, pero también es verdad que en la escuela los niños aprenden a gestionar emociones, a resolver problemas, a convivir… y eso también forma parte de su desarrollo. El colegio es un lugar donde no solo se enseñan contenidos, sino también valores, respeto, empatía y habilidades sociales, para lo que es necesario que experimenten lo que es convivir con sus iguales.
Algunos padres que educan en casa dicen que sus hijos socializan en actividades extraescolares, como deportes o talleres, pero yo creo que eso no es lo mismo. En esas actividades, el contacto es limitado y más estructurado. En cambio, en la escuela el niño convive diariamente con otros, se enfrenta a situaciones reales, a diferencias, a desacuerdos y a aprendizajes que no se enseñan con libros. Esa convivencia cotidiana es lo que permite que los niños aprendan a relacionarse, a escuchar, a defender sus ideas y a formar parte de un grupo.
Además, considero fundamental una de las desventajas que más se repiten de este tipo de enseñanza: los niños educados exclusivamente en casa tienen menos oportunidades de conocer la diversidad. En la escuela conviven con otros niños que piensan distinto, que vienen de otras culturas o que tienen realidades familiares diferentes. Todo eso amplía su mirada del mundo, lo que es esencial para construir una sociedad respetuosa y diversa. En casa, por el contrario, están educados solo bajo las ideas, valores y creencias de su familia. Y aunque eso no tiene por qué ser negativo en sí mismo, sí limita su posibilidad de desarrollar un pensamiento crítico y libre.
En conclusión, valoro mucho la educación formal porque la he vivido desde dentro, no solo como estudiante y futura miembro de ella, sino también como hija de profesores. Y creo firmemente que la escuela es un espacio insustituible para el desarrollo integral del niño, no solo académico, sino también personal y social. El homeschooling puede ofrecer algunas ventajas en casos muy concretos, pero como modelo general, me parece que tiene demasiadas carencias como para considerarse una buena alternativa a la educación escolar tradicional.
Y vosotros…¿Qué opináis del homeschooling? ¿Creéis que es una buena opción? ¡Estaré encantada de leeros!
¡Hasta la próxima bloggeros!
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